domingo, 30 de enero de 2011

MUNDO CRISTIANO









Para los que nos cuesta trabajo admitir que no es una causalidad, ni una casualidad, que podamos oler el color de una rosa y tocar su olor; para los que no podemos imaginar, que por un extraño y simple ciclo evolutivo, podamos sentir sin tocar, tocar sin sentir, paladear sin besar, ver con los dedos, oír con la vista, hablar con los ojos; para los que andamos siempre entres signos de interrogación; para los que creemos que somos un proyecto de Hombre, aún inconcluso; para los cortitos que vemos la mano de un Ser Supremo más allá de la ciencia y la razón; para nosotros que nos hemos quedado en La Palabra, en Cristo, no hay más que amenaza, persecución, burla. La clandestinidad nos hará más fuertes. 




NEED GOD. Lo vi hace unos días, temprano, apenas el sol nos volvía a recibir. Allí estaba, escrito con letras enormes, grabados sus trazos sobre la arena mojada que nos presta la mar cuando baja a pensar. Sólo caminando por sus líneas podías averiguar ambas palabras; sólo desde la perspectiva que da cierta distancia, podías leerlas tal cual; sólo desde la altura de una pequeña atalaya, desde un breve otero, mejor dicho: sólo desde el vuelo de una gaviota, podías apreciar su conjunto, la firmeza de sus surcos, la belleza de su perfil. Pena de trabajo, me dije. Porque pocos se percataran del grito; los más, pasarán por encima borrándolo con sus pisadas, muchos ni se enteran, y el resto sólo tiene unas horas para juzgarlo, tal vez asimilarlo, quizás para decir ¡Bah!. Da igual, la marea volverá a empapar la arena y nos traerá su aroma, su nervio, su vigor, que no por viejo nos es menos grandioso, menos necesario. El anhelo dibujado al cielo se quedará oculto bajo la mar. Ahogado.




Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor,…

No tengo desván en mi casa. Pero sí lo tengo en algún lugar de mi alma. Allí donde los recuerdos permanecen intactos, sin polvo; allí donde está el poso de lo vivido, aprendido y ya olvidado; allí donde inconscientemente florece lo que crees guardado. Allí acudiré, sin la inocencia de la niñez, sin los recelos de la juventud, y sin las dudas de la madurez; allí acudiré, seguro, confiado, allí, a ese rincón del corazón, incólume, inmaculado, donde nadie jamás puede poner su mano; al que sólo tú puedes llegar, mandar, ordenar. Y allí me reuniré con Marcelino, con su gran Crucificado, y comeré algo de Su Pan y beberé un poco de Su Vino. Hasta el día que Él decida acorrucarme en su regazo.

Saludos y gracias a todos.

5 comentarios:

Javi dijo...

Me gustan estas razones del corazón que la razón del hombre de hoy no es capaz de entender... adelante hermano!!!! (o debería decir hermana???)

Planeta,europa dijo...

Voy a meditar este texto y luego comentareeee.

Un saludo Toposteo

enroquelargo dijo...

Es difícil expresar tanto,en poco mas de tres párrafos...
Portentoso TOPOSTEO

I ALSO NEED A GOD.

Wolfson dijo...

Y pensar que desde nuestra cómoda posición aún asistimos impávidos a esas persecuciones, pensando que sólo las hubo durante los primeros tiempos del cristianismo...

Es que se producen tan lejos...

Gracias, toposteo, por hacernos reflexionar sobre ello y admitir nuestra cuota de cómplice silencio en esas persecuciones contra nuestros hermanos.

Perdónanos, Señor, por no haber sabido reaccionar a tiempo.

Planeta,europa dijo...

Nunca habia leido algo,que en tan poco texto se dijese y trasmitise tanto.

Perseguidos siempre,lo más fácil es acusar con el dedo e insultar al projimo sin tener ni si quiera una ligera idea,simplemente por que no esta de moda.

Me dispongo a ver esta temporada cápitulo tras cápitulo,documentales del national geographic,del universo y sus planetas. Aprendo mucho pero además reflexiono.

Y muchas veces pienso,es imposible no creer en Dios si es que "pa muestra,un botón" el planeta tierra nos muestra todo lo grandioso que es nuestro Dios.

No existe ningun planeta que ni siquiera se le asemeje,y yo no me creo que sea todo por casualidad.

Gracias de nuevo,tus reflexiones me ayudan a poder apreciar un poquito más lo que verdaderamente importa.

un saludo y un beso.