miércoles, 19 de octubre de 2011

LAS HIENAS DEL NORTE


En Libertad Digital:
 
 
Los 'mediadores de eta'

El profesional Currin, el corrupto Annan y el amigo de De Juana Chaos


Las hienas del norte se quieren erigir en héroes.
Las hienas del norte se han reunidos con otras hienas, con otros chacales, con otros buitres, carroñeros todos,  para que les ayuden a aullar más allá de las fronteras del territorio que tienen marcados con su putrefacto orín: que lo suyo ha sido una guerra a la España imperialista, y además,  que la han ganado.

Las hienas del norte necesitan serenar las conciencias de sus obligados irredentos. Ellos, villanos de bajos instintos y miserables canalladas precisan justificar ante el mundo sus vidas de asesinatos y atentados, sus tiros en la nuca y sus bombas lapa, sus  crímenes y sus manos manchadas de tanta sangre inocente.

Las hienas del norte han practicado el disparo mortal y traicionero en serie, tal que sicópata vil y cruel, sin escrúpulos, sin conciencia, sin alma. Sucios y mafiosos sicarios. Y ahora, quieren llamarle guerra. Guerra, palabra que hoy por hoy, dos mil once años de la Era de Nuestro Señor, aún ampara genocidios, muertes y destrucción para la historia. De ahí su terminante socorro para menoscabo del lastre demoniaco que les perseguirá eternamente. Claro.

Las hienas del norte se desesperan por afianzar posiciones, les urge que su verdadero derrotado: el Gobierno Zapatero se humille algo más, y de hinojos les entregue un poco más de la dignidad que nos roba a todos los demás. No les queda otra cosa, bueno quizás unas monedas, quizás las treinta monedas por las que ha vendido el sacrificio de mil mártires, de miles de heridos, de millones de lágrimas.

Las hienas del norte saben que no han ganado ninguna guerra a España. Por muy sucio y vil que haya sido lo que han practicado, no han ganado nada, sólo odio, rencor y resentimiento. Y, en todo caso, puede que hayan logrado una escabrosa victoria en unas inmorales escaramuzas a Zapatero a Rubalcaba, incluso al Jefe del Estado. Nada que no se pueda restituir con la constitución en la mano. Pero a los españoles no. Los españoles necesitamos algo más que animales  repulsivos y de desagradable olor en el culo. Cuando menos a los leones, y si son los de San Mamés, mejor.


Saludos y gracias por su atención.