viernes, 10 de enero de 2014

PERIODISMO



Facultad de Ciencias de la Información



 
Quiero hablar de economía y me atasco; quiero hablar de liberalismo y me abruma tantos tratados; quiero hablar del marxismo y me deja exhausto la lectura del Capital. Pero, para escarnio de mi ignorancia, me cojo los periódicos y veo, alucinado, cuanta sabiduría, cuanto conocimiento hay repartido por esos mundos de Dios. Todo el mundo habla de todo y oyéndolos en su locuaz dogmatismo, se diría que recorrieron todas las licenciaturas de todas las universidades. Supongo que para ganarse la vida, en esto del periodismo, hay que ser un poco, como el doctor liendre, que de todo sabe y de nada entiende.
 
Que hartazgo, tanto columnista, tanto tertuliano, tanta gente opinando, tanta piedra filosofal. Y todos cobrando (algunos muy bien). Y que pocos defendiendo la verdad de la calle, y que pocos de parte de la honradez, de lo justo, de la libertad, y de la humana humanidad.
 
Pero claro, también nosotros, humildes lectores, a fuer de embotamientos mentales, vamos convirtiéndonos en selectivos y exigentes escudriñadores. Poco a poco, reducimos el circulo; nuestra hemeroteca es cada vez más flaca; por momentos nos percatamos más fácilmente de quienes hablan solo a base de eslóganes, de consignas, de esnobismos, de directrices de partido. Vamos, gente vacua en el fondo e incluso en la forma, a pesar de ser esto último la principal herramienta de su oficio. Y esto acarrea, frustración, mareo intelectual, apatía y, rabia hasta dar con señores que en la primera oración de sus escritos te absorban por sus conocimientos, su palmaria exposición y su magisterio literario. O más y mejor: te pongan la piel de gallina y un nudo en la garganta porque sencillamente habla el corazón.
 
 
 
 
Saludos y gracias por su atención.