lunes, 1 de febrero de 2016

PERIODISTAS MERCENARIOS Y BLOGUEROS INTRÉPIDOS.


Cebrián: "La tasa de mortalidad de los periódicos es altísima. La fiesta ha terminado"

(21 de Enero de 2009)

No, querido. Muertos llevan ya muchos años. La fiesta ha terminado y empieza el velatorio, ahora lo que toca es enterrarlos. Y lo habéis matado entre todos, contigo al frente como gran Capo de una mafia dependiente y entregada; servil y rastrera al edicto de un solo color político. Periodistas de nómina, escribidores lugartenientes del pensamiento único, junta-letras subalternos de la dictatorial y absurda progresía. Sumisos y esclavos por la pequeña limosna de una vida burguesa, afiliados al sectarismo, habéis perdido la gran oportunidad de ser señores de la verdad, de la razón y del juicio justo y ecuánime. Demasiados años agonizando, ya no tiene cura. Demasiados años entre la manipulación y el libelo, ya no os cree nadie. Demasiados años pedantes y engreídos, en que sois un poder más allá del de proponer; tanto ha ido el cántaro a la fuente…, que ya poder…, no podéis ni con vuestra petulancia.
¿Qué os voy a decir yo de los principios que han de regir la profesión periodística? Pobre de mí. Pero como el paso por la Facultad, veo que no hace periodistas, os recuerdo éste pequeño retazo de uno que sí lo fue:

“(…)pero el escritor público, que una vez se echó sobre los hombros la responsabilidad de ilustrar a sus conciudadanos, debe insistir (…) debe apelar, debe protestar, no debe perdonar medio ni fatiga para hacerse oír:  en el último caso debe aprender de coro sus doctrinas, y convertido en imprenta de sí mismo, propagarlas de viva voz; sufrir,  en fin, la persecución,  la cárcel,  el patíbulo si es necesario”. Mariano José de Larra (T. II, página, 215)
Vosotros, os habéis suicidado, pero no por un amor, como Larra, sino por la falta de amor a una profesión que debe ser vocación a la verdad y la justicia. Creo.

Lo tenéis fácil: quitad todos los blogs; prohibid todos los comentarios que hasta ahora solicitáis; vedad las cartas al director; impedid el habla de todos los que de verdad, --como Azorín-- nada pedimos a nadie, pero que de verdad ponemos aquí, hoy, y en panfletos (si llegara el caso) el verdadero sentimiento del pueblo sencillo, nuestras inquietudes, nuestros miedos, nuestras exigencias, nuestras luchas. 

Lo tenéis fácil: igual que habéis acabado con el periodismo de letra impresa libre e independiente, por MOR de intereses espurios, tenéis en vuestras manos hurtar al ciudadano ésta posibilidad inmensa, grandiosa, colosal de Internet, ésta posibilidad de un intercambio de palabras y pensamientos. Podéis quedaros solos. Solos escribiendo, y solos en vuestras maquinaciones, confabulaciones y conjuras. ¡Lo hacéis también! ¡Tenéis tanto arte! ¡Sois tan cultos! Que no necesitáis sanguijuelas a vuestro alrededor, ni piratas de Somalia, ni tan siquiera lectores.

Pero la libertad y la verdad, siempre encontrará un resquicio por donde abrir camino a su luz. Y nosotros sí, nosotros repetiremos la palabra España sin avergonzarnos, y moral, ética, principios, bandera, patria y los sietes pecados capitales y las siete virtudes teologales, sin miedo a que nos tachen de cursis, de fachas o cualquier otra lindeza.


 



Saludos y gracias por su atención.