domingo, 7 de febrero de 2016

EN EL PECADO LLEVA LA PENITENCIA.






















La vida política actual… mejor dicho: el resultado de los excrementos del caótico manejo de la política cultivada desde el año 1981 al 25 de Mayo de 2014, es tan aberrante, tan monstruoso, tan estremecedor a la fecha de este instante, que para aquellos que de vez en cuando intentamos poner por escrito el devenir de las circunstancias, --bien política o social--, de nuestro pequeño mundo, es técnicamente imposible, patéticamente insufrible.  Así, que desde la limitación de un mero ciudadano, me he dicho: apaga la televisión, deja de leer, desconéctate de internet, no abras el Facebook… despliega tu hoja cibernética de World, apunta y dispara a un solo pájaro, pero no pierdas de vista el bando. Y no salgas del puesto para que sus cagadas no te caigan en la cara.

Hablando de pájaros…viene a ocurrir que en estos últimos días, los grandes baluartes de aquel socialismo que dejo de ser marxista, obrero y español, de forma paulatina y sincronizada con su propios avances en el poder y el Erario, gimen y se encolerizan ante sus vástagos, esos temibles leninista de Podemos. Sí, hombre, esos retoños que dejaron en unas escuelas plagadas de jóvenes maestros, convencidos todos por simple inercia que no existía otro contrapunto en esta vida, que el de “Felipismo” imperante. Se quejan todas estas vacas sagradas de hermosísimas ubres y magnas cuentas corrientes, del bumerang que sus universidades gratuitas con cargo al sectarismo que ejercen sus catedráticos y profesores, les ha devuelto diabólicamente contra ellos primero (cómodamente asentados en el régimen) y contra el resto de ciudadanos después. Incomprensiblemente se asustan que un puñado de individuos genéticamente revanchistas, mentalmente atascados y académicamente preparados, quieran ganar la guerra del 36, reinventar Surensnes, rectificar la transición, modificar la Constitución, engañar a once millones de españoles, perpetuarse en el poder y adueñarse de la nación. Sorprendente, paradójico… al fin y al cabo, el alumno sólo quiere superar al maestro. ¿No?  

La falsedad, la hipocresía, la demagogia y el maquiavelismo tienen sus molestas imprevisiones: la educación moral, ética o religiosa compete a los padres, ha sostenido la casta política, muy ufanos ellos. Como siempre te venden una verdad irrebatible, para luego impedirte tu derecho a ejercitarla. Es la agotadora canción, el maldito estribillo: estos son tus derechos, pero nosotros te lo administramos. Resultado: Podemos. Ahora no suspires, gilí.   



Saludos y gracias por su atención.